El legado de los narcos

—Guten tag— me saludó el policía con una sincera sonrisa en la boca.

—Guten tag— dije, sabiendo que me estaba echando la soga al cuello: eso es lo único que puedo decir con fluidez en alemán.

El policía dijo algo dirigiéndose a mí, a lo que yo respondí:

—Sorry, I don’t speak German.

—Your passport, please— su sonrisa cómoda se mantenía.

Le pasé mi pasaporte y la expresión de su cara cambió radicalmente en menos tiempo del que pensé que eso fuera posible. Primero miró el lomo como quien mira a un objeto del que se tienen serias sospechas de que pueda explotar en cualquier momento. Luego, al encontrarlo inofensivo, lo abrió. Yo ya sabía lo que estaba pasando: se había percatado de mi nacionalidad, y la sonrisa bonachona reservada para europeos y estadounidenses había sido reemplazada por una escrutadora mirada. Subió de nuevo la mirada hacia mi cara y esta vez sus ojos parecían desconfiar de cada centímetro de mí.

—Do you speak English?— me preguntó, como si no pudiese creer que alguien de mis latitudes fuera capaz de aprender más de un idioma, como si las palabras cruzadas anteriormente hubieran sido con otra persona.

—I do.

—What is your birth date?

Respondí a la pregunta. Miró de nuevo mi pasaporte, miró mi foto, me miró a mí, miró de nuevo la foto. Le mostró mi pasaporte a su compañero. Ambos rieron con un gesto burlón. Volvió a su asunto con mi pasaporte, pasó las hojas, miró el diseño, miró la visa con detenimiento, miró de nuevo la foto, de nuevo a mí y de nuevo a la foto. Mientras tanto en la otra cabina pasaban y pasaban pasajeros. Media docena, por lo menos. Tecleó rápidamente en su teclado, una y otra vez. Al final se dio por vencido en encontrar más excusas para demorarme aún más e imprimió un sello secamente sobre mi documento. Me lo devolvió.

—Good flight.

Yo no dije nada.

Dos semanas antes la escena había sido similar, ya me estaba acostumbrando.

—Welcome to Germany, do you speak English?

—Yes.

—Can I have your passport, please?

—Here it is.

De nuevo el cambio súbito de cara.

—Why are you coming to Germany?

—I’m gonna visit a relative.

Ese es el tipo de preguntas que se podrían calificar de normales, sin embargo:

—Do you have a credit card?

—I got a debit card.

—Do you have cash?

—Yes.

—Are you living in the UK?

—Yes.

—Are you going back to Kolumbien?

—After I finish what I’m doing in England, yes, I’m coming back to Colombia.

—Where does you host in Germany live?

—He’s from Berlin.

—Do you have an invitation letter?

—Yes.

—Do you have it here?

Por supuesto, todas esas preguntas eran totalmente carentes de sentido, puesto que para obtener la visa Schengen me pidieron papeles para soportar todo, incluyendo una carta de invitación de mi huésped en Alemania. Antes del vuelo me había preguntado si debería llevar todos esos documentos conmigo. «No tiene sentido, pero por si las moscas», me dije.

—Yes.

Se la entregué, él la leyó rápidamente. Mi huésped era alemán de nacimiento y yo le había pedido expresamente que en la carta escribiera que mi hospedaje y alimentación corrían por cuenta de él. Al terminar de leer la carta el policía cambió de nuevo de semblante.

—Welcome to Germany, enjoy your stay—me dijo, mientras estampaba un sonoro sello en mi pasaporte. Me pareció que le ponía un especial énfasis a la palabra «stay».

Confieso que los hechos han sido mucho más suaves de lo que yo esperaba. Muchas historias había escuchado acerca de las porquerías que nos hacen a los colombianos en los aeropuertos europeos y cuando llegué a Londres estaba psicológicamente preparado para literalmente todo. Pero resultó que los policías londinenses del aeropuerto heathrow fueron más amables de lo esperado. De modo que al arribar al aeropuerto Schoenefeld de Berlín el trato que recibí me tomó un poco por sorpresa. Horas más tarde seguía pensando en el asunto y llegué a la conclusión de que, en retrospectiva, no había sido tan malo.

En todo caso Berlín es una ciudad que tiene para el visitante mucho más que ofrecer que una policía aeroportuaria con hormigas en la ingle.