Qué es peor, ¿la corrupción o la ignorancia?

Ignorancia refiriéndose a la ineptitud, a la incapacidad, a la incompetencia. Esa fue la pregunta que un profesor soltó en clase, así salida de la nada. «Es un problema complicado» dijo, y luego de algunos comentarios por parte de los estudiantes el tema se dio por terminado y por retomado el tema de la materia. Al finalizar la clase discutimos brevemente el asunto con un amigo. Dónde hay más corrupción, ¿en Venezuela o en Colombia? ¿E ignorancia? Tema complicado, toda la razón.

 

El problema es que lo uno engendra lo otro y lo otro engendra lo uno. Es como la clásica cuestión que si fue primero la gallina o el huevo. La gallina pone huevos, sí, y del huevo salen gallinas (entre otras cosas), sí, pero ni los huevos ni (ergo) las gallinas han existido por siempre, de modo que alguno tuvo que empezar el ciclo. En nuestro caso, me inclino a decir que primero fue la corrupción que la ignorancia. Aunque, directamente, la ignorancia puede ser peor por su misma naturaleza.

Pero primero, ¿cuál es nuestro caso? Señores, pues la corrupción en el gobierno, ¿cuál si no ese? Y digo que la corrupción fue primero porque una persona ignorante de su cargo puede nombrar a alguien corrupto o, por su propia ignorancia, ser corrupto sin proponérselo (sí, como no) o sin sentir ningún tipo de remordimiento dada su muy probable baja cultura. Pero un corrupto puede llegar al poder por otro modo que no sea un ignorante, mientras que un ignorante sólo puede hacer lo suyo con la ayuda de un corrupto. Espero haberme explicado bien pero para el efecto, un ejemplo.

Imaginemos al doctor Emilio Valderrama. Gobernador de Caldas, es un hombre estudiado en el exterior. Siempre ha sido acaudalado, en su familia, conservadora desde siempre, le han inculcado hasta en el tuétano el amor a la patria y la moralidad era su pan de cada día. Su comportamiento en público y en privado es intachable y por nada del mundo tendría un manejo dudable de su poder para aprovechamiento propio. Valderrama tiene un gran amigo, de infancia. Guillermo Cruz. Cruz también es de familia conservadora, también acaudalado. Su moral está al nivel de la de Valderrama. Cruz está aspirando al cargo de Secretario de Obras Públicas. A Valderrama no le parece mal. Guillermo es un hombre capaz y correcto, además es mi amigo y no vendría mal un poco de distensión con los viejos amigos entre tanto trabajo.

Cruz a su vez tiene un amigo. Su cuñado, Juan Pérez. Pérez estudió Música en los Andes. Es hijo de un prominente abogado, multimillonario, que por pura pasión y conexiones políticas se quedó en Colombia. Cruz está incómodo, le debe un favor a Pérez, y su mujer ha estado presionándolo para que le consiga un puesto a el hermano. Aunque Cruz sabe que Pérez no tiene la menor idea de política o de manejo de recursos, no le queda alternativa. Y la única manera de salvarse de los posteriores reproches de su mujer es consiguiendo un puesto al que está aspirando, por medio de su gran amigo Valderrama.

Un día llega a Valderrama la tarea de decidir si finalmente Cruz se queda con el puesto de Secretario de Obras Públicas. Aunque Vaderrama sabe que su amigo es un hombre correcto y capaz, no puede dejar de temer por su pellejo, puesto que son amigos después de todo, y eso es algo que pesará tarde o temprano. Decide darle el sí.

Ahí tenemos un ejemplo que se puede dar en cualquier lugar de este vasto país. El ignorante sólo llega al poder (Pérez) cuando un corrupto (Cruz) se lo permite. Sin embargo, un corrupto puede llegar al poder mintiendo, engañando, por su propia naturaleza de corrupto. Pero para que un corrupto llegue al poder sin la ayuda de otro corrupto o de un ignorante, no puede ser él mismo ignorante, puesto que un sistema sin corruptos no permitiría que un ignorante se cuele. Los ignorantes, en ese sentido, son fáciles de detectar (pruebas de conocimiento, experiencia, etc), pero los corruptos no.

Entonces volvemos al principio: ¿qué es peor? Directamente ninguno de los dos quiere hacer daño a la población. El objetivo de ambos es el beneficio propio. Pero, directamente, el ignorante hace más daño. Sin embargo el ignorante no haría daño, si no hay un corrupto que se lo permite. Así, el corrupto es peor que el ignorante por el hecho de dejar entrar ignorantes al gobierno.