Gente

Atención: el siguiente texto puede herir susceptibilidades y muchos después de leerlo me tratarán de hijueputa y querrán que una tractomula pase sobre mis cenizas. Si usted tiene convicciones muy fuertes en contra del aborto por favor no lea. Si es mujer, tenga en cuenta que lo acá expresado es mi opinión y, obviamente, puede cambiar con el tiempo. Si es mujer joven soltera, tenga en cuenta además que no soy tan mal tipo.

Jessica tiene dieciocho años. Y dos hijos. El mayor va a cumplir 3 años.

Jessica vive con su padre de menos de cuarenta años, su hermano mayor y sus hijos. No estudia, ni trabaja, ni cría y sus niños pasan el día en el piso cubiertos de tierra y polvo, sucios. Son, en realidad, criaturas saludables. No pasan hambre, y eso es algo que Jessica le agradece a su dios.

La situación de Jessica, por precaria que parezca, es buena. Relativamente, claro: Jessica ya tiene 18 años.

Según el censo de 2005, en Colombía existían 1.260.604 mujeres entre los 12 y 14 años. No digamos mujeres, niñas, de la cuales 4.415 reportaban haber tenido hijos nacidos vivos. Pero el espanto no termina ahí: de estas niñas, había un total de 4.816 hijos nacidos, es decir, muchas habían tenido más de un hijo. Con 14 años.

Nada nos dice que de 2005 a hoy la situación haya cambiado mucho. Según el mismo censo, había 1.957.898 mujeres entre 15 y 19 años, de las cuales (ojo a la cifra) 280.146 habían reportado hijos nacidos, sumando un total de 338.567 niños. Aberrante, es la única palabra que encuentro para describir la situación.

¿A quién le echamos la culpa? ¿A los padres? ¿A los medios? ¿A ellas? ¿A la iglesia? ¿A Uribe? ¿A dios? Pero lo más importante, ¿cómo paramos esta locura?

Si es que este mundo está llevado, estoy seguro de que una de las mayores causas es la sobrepoblación. Simplemente el planeta no aguanta tanta gente por sus medios naturales. Además, una población como la actual no puede ser toda feliz. A mayor población, mayor proporción de esta pasa hambre, tiene enfermedades, no es culta ni tiene educación y, finalmente, tendrá mayor cantidad de hijos, aumentando la proporción en cada generación. ¿Hasta cuándo vamos a seguir creciendo?

Acá es donde las cuestiones morales y pseudomorales (léase religiosas) entran en juego. Estoy seguro de que la gran mayoría de los hijos de estas muchachas entre 12 y 19 años no son deseados. En primer lugar, ellas no quieren tirarse su vida con esa edad, empezar a criar cuando ella mismas no han terminado de serlo y, en segundo lugar, estos niños no tendrán futuro alguno en la mayoría de los casos. Entonces. ¿abortar? Pero no, es una criatura de Dios, estaría cometiendo asesinato, además eso de abortar me da miedo que tal me pase algo.;

Querida niña embarazada, si lees estas líneas y no quieres tener al ser que se forma en tu vientre, te pido encarecidamente un favor: aborta. Bastante daño has hecho (si no es una violación, claro, en caso tal el favor sobra, deja de leer, vete a otra página y disculpa mis improperios) al mundo sin poder contener tu arrechera, como para que ahora temas por tu vida y quieras traer más miseria. Matar un feto es como matar un perro, no tienen conciencia. Es más, ni siquiera son animales bien desarrollados.

Y señora, olvídese por favor de sus intenciones de tener más de tres hijos, no sea desconsiderada. Que no sean tres, que sean dos.  Mire que es probable que usted no sea la única loca suelta por ahí, y si tanto le gustan los niños, monte un jardín, que harta educación sí hace falta. Y enséñeles a sus estudiantes lo lindos que son los bebés, pero también la caca que es mantenerlos, a ver si algún día salimos del atolladero en el que nos tiene metido tanto chino. E indio.